Llega el verano, y con él el sol, el calor, las vacaciones, el tiempo libre… Y cientos de emociones y pensamientos relacionados con la comida.
“No debería estar comiendo tanto”, “Es solo una vez al año”, “Mejor no voy y así no me salto la dieta”, “Ya cuando vuelva retomo en serio”, “Verás cuando acabe el verano todo lo que habré subido”, …
¿Te resultan familiares? Si tienes ansiedad por comer, las vacaciones suelen suponer una época difícil.
Y es que sí, la ansiedad aparece durante todo el año, pero es cierto que salir de la rutina y cambiar los horarios puede hacer que todo sea más difícil.
Si sientes que el verano es una época difícil para ti y de la que nunca puedes llegar a disfrutar como te gustaría, aquí tienes unas pautas para que puedas empezar a hacerlo.
Todo es cuestión de perspectiva
Cuando hablamos de ansiedad por comer y el verano, lo primero que debes entender es que mucho de lo que experimentamos está relacionado con cómo lo percibimos. Si asociamos el verano con un momento de estrés y restricciones, así lo viviremos.
En cambio, si cambiamos nuestra perspectiva y vemos el verano como una oportunidad para disfrutar y relajarnos, es más probable que nuestra ansiedad disminuya.
Para ello, es fundamental que aprendas a reconocer tus emociones. La ansiedad por comer a menudo no tiene tanto que ver con la comida en sí, sino con cómo nos sentimos. ¿Te sientes abrumado por las expectativas sociales? ¿Tienes miedo de no cumplir con ciertos estándares corporales? Si eres capaz de identificar estos sentimientos, será mucho más sencillo abordarlos de manera más efectiva.
Algo que puede servirte es llevar un registro o diario emocional. Anota cuándo sientes ansiedad por comer, qué sucedió antes de que sintieras esa ansiedad y cómo te sentiste en ese momento. Con el tiempo, podrás identificar patrones y entender mejor qué situaciones o emociones desencadenan tu ansiedad por comer.
Recuerda que a menudo, la ansiedad por comer se desencadena por situaciones específicas. Puede ser el estrés del trabajo, problemas familiares, presiones sociales o incluso eventos sociales. Tómate un momento para reflexionar sobre cuándo sientes más ansiedad por comer. ¿Es después de una discusión? ¿Cuando estás solo? ¿O tal vez en situaciones sociales donde sientes que te juzgan?
Además de tener identificados los desencadenantes, también puedes utilizar técnicas de regulación emocional, como la respiración profunda, la meditación o el mindfulness. Practicar estas técnicas regularmente puede ayudarte a mantener la calma en momentos de tensión.
Sé que esto es un trabajo que puede llevarte tiempo, pero créeme que merece la pena.
Adicionalmente, puedes seguir los siguientes consejos que seguro te vienen muy bien más a corto plazo.
Cómo manejar la ansiedad por comer y el verano
Además de todo lo que te he contado en el anterior párrafo, que se trata más bien de un trabajo de fondo a medio/largo plazo, aquí tienes acciones específicas que puedes probar desde ya mismo:
- Establece una rutina
Aunque el verano sea una época de cambios, lo ideal es que intentes mantener una rutina en lo posible. Por ejemplo, despiértate a la misma hora, come a horas regulares y establece un horario para tus actividades.
Tener una estructura puede darte una sensación de control y estabilidad, lo que ayuda a reducir la ansiedad.
- Planifica tus comidas
Ojo, no se trata de restringir, sino de organizarte. Si sabes que tendrás una barbacoa con amigos, planifica tus comidas del día de manera que puedas disfrutar sin culpa.
Por ejemplo, puedes planear una comida o una cena más ligera para el día del evento y así podrás equilibrar cómo te sientes.
- Mantente en movimiento
El verano ofrece una infinidad de actividades al aire libre que pueden ayudarte a mantenerte en marcha y reducir la ansiedad. Desde nadar, hacer senderismo o simplemente dar un paseo, el movimiento es un gran aliado contra la ansiedad.
- Practica la alimentación consciente
La alimentación consciente es una técnica que puede ayudarte a disfrutar de tus comidas sin sentirte culpable. Consiste en prestar atención a lo que comes, saborearlo, y ser consciente de tus señales de hambre y saciedad. De esta manera, puedes disfrutar de tus comidas favoritas sin excederte.
- Aprende a decir no
Para terminar, el último consejo que me gustaría darte es que aprendas a poner límites. Si no te sientes cómodo con ciertas situaciones o alimentos, está bien decir no. No tienes que participar en todo ni comer todo lo que te ofrezcan. Prioriza tu bienestar y haz lo que te haga sentir bien.
La ansiedad por comer durante el verano es una experiencia común, pero no tiene por qué arruinar tus vacaciones. Con un cambio de perspectiva, planificación y apoyo, puedes disfrutar del verano sin la carga de la ansiedad. Recuerda, el equilibrio y el autocuidado son tus mejores aliados.
Implementar estas estrategias puede ayudarte a disfrutar del verano plenamente, permitiéndote relajarte y disfrutar de la comida sin culpa.
Lo importante es encontrar un balance que funcione para ti, permitiéndote disfrutar de las cosas que amas mientras mantienes tu bienestar mental y físico. ¡Feliz verano!


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