¿Tu también sientes que la ansiedad por comer te puede?
Para muchas personas, la comida es su peor enemigo, y al mismo tiempo su placer favorito. Una sensación difícil de explicar.
Lo que ocurre en muchas ocasiones es que confundimos comer por ansiedad, que ansiedad por comer, y suelo encontrar con muchas consultas del tipo: ¿cómo puedo controlar la ansiedad por comer?
Por ello, en este artículo quiero que hablemos de la diferencia entre estos dos conceptos, y algunos cambios de mentalidad que puedes empezar a implementar en tu vida para que puedas gestionarlo de una mejor manera.
Ansiedad por comer vs. Comer por ansiedad
¿Sabías que la OMS estima que alrededor de 260 millones de personas en todo el mundo sufren problemas de ansiedad?
La ansiedad forma parte de nuestra naturaleza humana y tiene una función muy importante: ayudarnos a sobrevivir.
Lo complicado viene cuando esa ansiedad nos desborda, y termina reflejándose en nuestra relación con la comida.
Como te decía, entender la diferencia entre estos dos conceptos es la clave porque no, no son lo mismo.
Hace tiempo hablamos en el blog que recurrir a la comida para manejar nuestras emociones era un acto común. Y es que al final es normal: la comida siempre ha estado ligada a la forma en la que recibimos afectos, o dejamos de recibirlos.
Seguro que recuerdas ese momento en el que tenías un disgusto y alguien te invitó a comer, cuando comiste para celebrar algo, e incluso tal vez cuando la comida se convirtió en un vehículo para posteriormente disfrutar del “premio” en forma de postre, por ejemplo.
Al final, la comida se ha convertido, por así decirlo, en un sedante.
De ahí que cuando queremos evitar un malestar y comemos, nuestro cerebro produzca un ansiolítico natural – dopamina – y quiera que sigamos repitiéndolo una y otra vez.
Esto sería, básicamente, comer por ansiedad. Sentimos ansiedad (sensación incómoda) -> comemos para obtener una fuente de dopamina que nos ayude a evadirnos (sobra decir que no es el mejor recurso para afrontar la sensación incómoda).
Por otra parte, tenemos la ansiedad por la comida, que podría entenderse como una obsesión por comer.
Cuando la comida se convierte en el centro de tu vida, y todo tiene que ver con comer – o no comer.
En realidad, es la pescadilla que se muerde la cola, y aunque cada caso es un mundo y es imposible generalizar, lo que sí se puede aplicar a todos es que la comida, en ningún caso, puede ser el centro de la vida de nadie.
Porque es ahí, cuando se convierte en la protagonista de todo, cuando llega la ansiedad, la obsesión y el quiebre de nuestra relación con la comida.
Seguramente estés pensando: “genial Silvia, esto me parece todo muy bien pero, ¿y qué hago yo si como por ansiedad?”.
Como sé que a esto has llegado a este artículo, y ahora que ya te he contado la base de lo que ocurre detrás de la ansiedad, vamos a ver algunas ideas.
Cómo controlar la ansiedad por comer
Lo primero y diría que más importante, y aquí algo que tal vez no te esperabas leer después del título que precede esta línea: no trates de controlar la ansiedad por comer.
Esto no se trata de controlar nada, ni de “a partir de ahoras”.
Para que lo entiendas mejor, imagínate que estuviéramos hablando del enfado.Piensa en algo que te enfurezca, que realmente te enfade mucho.
Tú no puedes controlar sentir ese enfado, ¿a que no? Lo que sí puedes es aprender a saber qué hacer con ese enfado, y en lugar de dar un golpe en la mesa o ponerte a gritar sin control, canalizarlo para comunicarte de una manera más efectiva.
Pues bien, con la ansiedad, lo mismo. Eso no se trata de controlar algo que naturalmente sientes, porque cuando te enfocas en esto, empeoras la situación y causas el efecto contrario: cuánto más controlas, más ansiedad, por lo que más quieres controlar, y más ansiedad te da… Y así el bucle eterno.
Así que a partir de ahora, te propongo una nueva manera de actuar.
En lugar de centrarte en controlar tu ansiedad, céntrate en entender qué hay detrás, dónde está el origen de todo.
de tu conducta alimentaria para poder canalizarla de otra manera.
La conducta alimentaria está influida por las emociones, salud hormonal y fisiológica, hábitos, pensamientos, insatisfacción, falta de recursos, creencias, y un largo etcétera.
Por eso, llegar a la base lo puede cambiar todo, porque te va a permitir entender cuál es la función de la ansiedad, y cómo responder ante ella sin recurrir necesariamente a la comida.
Al final, la ansiedad, como decíamos al principio del artículo, es valiosa para nosotros, ya que tiene la función de ayudarnos a sobrevivir. Y la ansiedad por comer no es más que una señal de que hay algo en desequilibrio en nosotros.
Los consejos que puedas encontrar en internet pueden ser útil para empezar a ser consciente de tu situación, pero lo ideal es buscar ayuda profesional para hacer ese camino de forma guiada y segura.
En Psicología y Alimentación puedes contar con nuestro apoyo para transitar este viaje y lograr hacer de tu ansiedad por comer una experiencia de la que salir reforzado. Aquí puedes ver la información sobre nuestra metodología.
Cuéntame, ¿tú también has sentido que la ansiedad por comer ha podido contigo alguna vez? ¿Cuál es el alimento o alimentos a los que más sueles recurrir?


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