Si estás transitando por un TCA, seguramente hayas escuchado hablar muchísimo sobre el cuerpo como imagen: en cómo se ve, en cómo lo juzgas, en cómo te miras…
Sin embargo, hay otra parte del cuerpo que es igual o más importante, y que muchas veces pasas por alto: la desconexión con el cuerpo tras un TCA y cómo lo sientes por dentro.
Esa sensación interna tiene un nombre, interocepción. Y hoy, me gustaría hablarte de este concepto porque creo que puede ser muy interesante en tu proceso.
¿Qué es la interocepción?
La interocepción es la capacidad que tienes de percibir e interpretar lo que ocurre en tu cuerpo, es decir, sensaciones como el hambre, la saciedad, las náuseas, la fatiga, si tienes que ir al baño, la necesidad de descansar…
Básicamente, podríamos decir que es la capacidad de escuchar a tu cuerpo desde dentro, saber lo que quiere decirte y actuar en consecuencia.
Lo que ocurre en los TCA es que esta conexión se distorsiona o incluso se pierde, haciendo que dejes de sentir hambre real, o no sepas con seguridad si te has saciado y lo tengas que calcular a ojo… Incluso puedes llegar a extremos en los que no seas capaz de distinguir si tienes algo te gusta realmente o es solo ansiedad.
Esto ocurre básicamente porque ignorar a tu cuerpo sistemáticamente hace que las señales internas dejen de tener valor, y sean reemplazadas por reglas externas que para ti, en algún momento, tuvieron más valor.
Y es que la interocepción no se apaga de un día para otro, sino cada vez que:
- Te convences de que el hambre “es una sensación que se pasa”.
- Llenas el estómago para vaciarlo después.
- Callas lo que sientes silenciándolo con comida.
- Ignoras el cansancio y sigues haciendo ejercicio sin control.
Al final, el cuerpo aprende a que sus señales no sirven de nada, y que es mejor no sentir.
El problema es que no puedes sanar, si no sabes cómo te sientes. Si no sabes si tienes hambre, no puedes saber cómo comer.
Si no sabes si estás triste, no sabes cómo gestionar la situación. Si no sabes si algo te está afectando, no eres capaz de tomar decisiones para encontrarte mejor…
Por eso me gusta decir que recuperar la interocepción es volver a casa después de haber estado mucho tiempo fuera. Es, básicamente, volver a ti.
¿Por dónde puedes empezar?
Aunque recuperar la interocepción no es algo que se consiga de un día para otro, hay muchas cosas que puedes hacer para reconectar. Algunas de ellas son sencillas y muy accesibles, por ejemplo:
- Escaneos corporales
Coge la costumbre de tomarte cada día unos minutos para cerrar los ojos, recorrer tu cuerpo mentalmente y notar cómo te sientes. ¿Hay tensión en alguna parte de tu cuerpo? ¿Sientes frío, calor, respiración agitada? ¿Tienes hambre, o pesadez de estómago? Este pequeño ejercicio puede ir acercándote cada día más a ti.
Lo ideal es hacerlo por la mañana, o por la noche a última hora, pero puedes hacerlo en cualquier momento del día, incluso en dos o tres ocasiones si así lo necesitas. Esa pausa, aunque te parezca que no, es super poderosa.
- Registra cómo te sientes al comer
Cuando llegue el momento de comer, en lugar de hacerlo automáticamente como siempre, intenta registrar cómo se siente tu cuerpo antes, durante y después de hacerlo. ¿Qué te apetece realmente? ¿Qué sensaciones físicas aparecen, o desaparecen? ¿Estás comiendo rápido, o despacio? ¿A qué sabe lo que estás comiendo?
Si registras las respuestas, pronto te darás cuenta de patrones que te ayudarán a volver a reconocerte y conectar contigo.
- Comunícate con tu cuerpo
Imagina que tu cuerpo es alguien a quien aprecias muchísimo, y del que quieres interesarte. Pregúntale: ¿qué tal estás hoy? ¿Necesitas algo? ¿Qué estás tratando de decirme con esta sensación?
Este ejercicio es muy interesante porque te ayuda a dejar de verte como a alguien enemigo para ser alguien a quien aprecias, y que por lo tanto, quieres tratar de la mejor manera posible.
- Hazlo sin exigencia
Sé que puede costar mucho esto, pero en lugar de tratarte con exigencia, haz las cosas para volver a ti. No para compensar, ni para ponerte más objetivos, ni para sacar otra cosa más pendiente por hacer. Hazlo para respetarte, para tratarte desde el amor.
Estos pequeños ejercicios son la llave para comenzar a conectar con ese radar interno que ahora está apagado y que te dice cómo estás.
Porque sí, puedes volver a sentir y a confiar en las señales de tu cuerpo a ciegas. Pero antes, es importante que vuelvas a tu cuerpo, que te escuches con paciencia, que hagas mucha prueba-error, y que poco a poco vuelvas a reestructurar esa relación que se ha roto.
Cuéntame, ¿conocías el término de interocepción? ¿Qué es lo que más te cuesta de sentir tu cuerpo desde dentro? ¿Estás transitando una desconexión con el cuerpo tras un TCA?
