En este artículo quiero compartir contigo qué significa la palabra obesidad y tratar el tema de si es un trastorno físico o psicológico.
También hablaremos de:
- Tipos de obesidad según IMC
- Tipos de obesidad según distribución de la grasa
- Tipos de obesidad según el origen
- Tipos de obesidad atendiendo al papel genético.
- ¿Sabes que existe una rama de la psicología que está especializada en obesidad?
- ¿Cómo es un tratamiento psicológico para tratar la obesidad y adelgazar?
¡Vamos allá!
¿Qué significa la palabra obesidad?
Al buscar la etimología de la palabra “obesidad”, encontramos que viene del latín obesitas, obesitatis. La palabra «obeso», en latín, obesus, que significa ‘corpulento, gordo o regordete’. Esus es el participio pasado de edere (‘comer’), con el prefijo ob agregado a este.
Así pues “obeso” viene de latín “obedere” verbo que está formado de las raíces ob (sobre o que abarca todo) y edere (comer) es decir “alguien que se lo come todo”.
¿Para qué necesito ubicar el término obesidad?
Los pacientes con sobrepeso u obesidad suelen estar confundidos, pues, a diferencia de una persona que padece una úlcera, por ejemplo, éste sabe que tiene que ir a un médico digestivo; en cambio el paciente obeso, además de tratar con los profesionales específicos, se enfrenta a una gama variopinta de “soluciones rápidas”: pastillas adelgazantes, aparatos, batidos, dieta de la vecina y fórmulas infalibles de gurús del adelgazamiento.
Cuando pregunto a los pacientes qué es la obesidad para ellos, nos encontramos con respuestas muy variadas como las siguientes:
Una adicción,
una enfermedad física,
un vicio,
dejadez y abandono,
falta de fuerza de voluntad
una desgracia, un karma.
Parece que no está nada claro, o es una enfermedad que me ha tocado (algo puramente genético) o algo animista o de injusticia divina.
Por eso es importante centrar el concepto obesidad, entender el origen y la causa y saber a qué profesionales hay que acudir.
La obesidad es una enfermedad crónica de origen multifactorial caracterizada por una acumulación excesiva de grasa corporal.

¿La obesidad es un trastorno físico o psicológico?
El concepto de obesidad ha ido cambiando a lo largo de los años.
En el siglo XVIII, la obesidad garantizaba éxito social y personal, y era reflejo de belleza y sensualidad.
En el siglo XIX, en cambio, apareció el rechazo por esta enfermedad, siendo la delgadez la razón para el éxito.
A partir de 1997, la Organización Mundial de la Salud definió la obesidad como una epidemia y amenaza para la salud.
A principios del siglo XXI es cuando La Organización Mundial de la Salud (OMS) acuñó el término “globesidad”, para referirse a la pandemia de obesidad que está presente desde hace más de 4 décadas en todo el planeta.
Desde el punto de vista médico, la obesidad se define como el aumento de grasa corporal, determinado por la genética y hábitos poco saludables, en conjunto con la influencia de un ambiente obesogénico.
Desde la psicología, los manuales diagnósticos de enfermedades mentales no lo recogen con el término obesidad, pero hay trastornos de alimentación directamente relacionados con el sobrepeso y la obesidad como son, el trastorno por atracón, el síndrome del comedor nocturno y la bulimia nerviosa.
TIPOS DE OBESIDAD
Ser gorda es lo que me ha tocado desde siempre, por genética, cualquier cosa que coma me engorda, éste es mi sino.
Una de las frases más repetidas en consulta y en las que me suelo detener el tiempo necesario.
Una paciente me comentó que las pasadas navidades, durante las campanadas de noche vieja, pidió un deseo por cada uva …le pregunté ¿qué deseos pediste? Me dijo que repitió el mismo en cada uva, tener un metabolismo rápido.
Es una paciente con altas capacidades intelectuales, y con un bagaje de conocimientos en nutrición importante…sin embargo vemos cómo se instauran creencias mágicas que condicionan nuestra conducta sin ser conscientes y nos dejan en un estado de indefensión.
Me quedé en silencio y le pregunté..¿sabes lo que es el metabolismo? Mas adelante dejaré un post sobre metabolismo muy interesante.
Antes de nada y con el propósito de que te sitúes durante la lectura os recuerdo los tipos de obesidad según el IMC, según la distribución de la grasa corporal, según la causa, y por último tipos de obesidad atendiendo al papel genético.
TIPOS DE OBESIDAD SEGÚN EL INDICE DE MASA CORPORAL.
Seguro que esto lo has leído en multitud de artículos, pero me gusta recordarlo porque, aunque sé que toca en el punto de dolor es necesario tomar conciencia (que no es lo mismo que resignarse ni aceptarse tal cual es una) para empezar a poner solución.
Para calcular si una persona está en su peso correcto, por encima o por debajo, se utiliza una sencilla fórmula conocida como el Índice de Masa Corporal (IMC) que sale de dividir el peso (en kilogramos) entre la altura (en metros) al cuadrado. El IMC = Peso (kg) / Altura (m)2. Bajo peso: IMC 50 kg/m2.
Bajo peso: IMC <18,5 kg/m2
Normopeso: IMC 18,5 – 24,9 kg/m2
Sobrepeso: IMC 25 -29 kg/m2
Obesidad grado 1: IMC 30-34 kg/m2
Obesidad grado 2: IMC 35-39,9 kg/m2
Obesidad grado 3 u obesidad mórbida: IMC 40-49,9 kg/m2
Obesidad grado 4 u obesidad extrema: IMC >50 kg/m2
Tipos de obesidad según la distribución de grasa
Si atendemos a la distribución de la grasa en el cuerpo, podemos hablar de tres tipos de obesidad:
La obesidad abdominal o androide (popularmente conocida como forma de manzana). El exceso de grasa de acumula en el abdomen, el tórax y la cara, es decir, en la parte superior del cuerpo. Está relacionada con la aparición de diabetes tipo 2 y con enfermedades del corazón.
La obesidad periférica o ginoide (forma de pera). En este caso la grasa se concentra de la cintura para abajo, principalmente en los muslos y las caderas. Es muy frecuente en mujeres y no conlleva tanto riesgo cardiovascular como la obesidad abdominal. En cambio, aumenta las probabilidades de aparición de varices y artrosis de rodilla.
La obesidad homogénea. Cuando la grasa se distribuye uniformemente por todo el cuerpo.
Tipos de obesidad según la causa
Ahora sí, vamos a ver si la causa de tu sobrepeso u obesidad es inmodificable o no viendo los diferentes tipos de origen.
Dietético: debida a un estilo de vida caracterizado por el sedentarismo y una alta ingesta calórica. Si combinamos una dieta alta en calorías en la que es habitual el consumo de comida rápida, saltarse el desayuno, o comer la mayor parte de las calorías en la noche junto con la escasa o nula práctica de ejercicio físico, el resultado es sin duda, la aparición de obesidad.
Psicológico: Por supuesto en este epígrafe están los trastornos de la conducta alimentaria relacionados con la obesidad (Bulimia nerviosa, trastorno por atracón y síndrome del comedor nocturno) Sin llegar a padecer dichos trastornos en general el origen psicológico de la obesidad se refiere a la parte emocional, por ejemplo sabemos que hay sobrepesos que están asociados a épocas de gran estrés y ansiedad, incluso en estados depresivos. En situaciones de estrés el organismo libera glucosa, que, si no se contrarresta con la actividad física, terminará acumulándose en forma de grasa abdominal.
Endocrino: es el caso de enfermedades como el hipercorticismo o el hipotiroidismo. Y también en determinadas patologías como el síndrome de ovario polisquístico
Medicamentoso: el consumo de ciertos fármacos como los antidepresivos o los corticoides pueden provocar un aumento de peso.
Genético: cuando existen antecedentes familiares con obesidad. A pesar de que está demostrado que ciertos genes predisponen a esta enfermedad, si se adopta un estilo de vida saludable, la obesidad no tiene por qué desarrollarse. Por tanto, es necesaria la suma de factores genéticos y ambientales.
Cromosómico: en personas con síndrome de Down, Wilson-Turner, Prader-Willi, Bardet-Biedl o Cushing; Estas enfermedades genéticas que causan obesidad representan entre un 3 y un 5% del total de los casos de obesidad y son las que nunca lograrán su normopeso.
¿Ya te has situado?
Para seguir trabajando a pico y pala en la creencia “es lo que me ha tocado de por vida y no hay nada que pueda hacer al respecto” Voy a tratar de resumir lo que se conoce hasta el momento respecto a la genética de la obesidad. Partiendo de la idea que todos estos estudios se han hecho para analizar los casos de obesidad mórbida.
El porcentaje situado entre el 95 y el 97% de todos los casos, tiene un origen ambiental o aprendido y se denominan exógenas o esenciales, determinadas por una etiología multifactorial como los factores psicosociales.
Por eso voy a exponer tres subtipos de obesidad atendiendo al papel genético de la obesidad. Así romperemos las creencias instaladas como certezas que nos dejan en un estado de indefensión.
La obesidad común o multifactorial. El más frecuente de los cuadros de obesidad con algún componente hereditario, en la que la mayoría de los miembros de una familia tienden a ser obesos, unos más que otros, y comparten, además de los genes, malos hábitos alimenticios, sedentarismo y una dieta inadecuada.
¿Qué es la herencia multifactorial? Cuando los genes que intervienen no presentan propiamente mutaciones o errores, sino que tienen variaciones relativamente benignas y comunes en la población.
Ninguno de estos genes por sí solo es causa de obesidad. Es la suma o combinación de estas variantes lo que da la propensión genética que, interactuando con los factores ambientales mencionados, determina el fenotipo. Esto ha sido corroborado con estudios de gemelos uni y bivitelinos y otros estudios que comparan la contribución genética y los factores ambientales.
Son genes que podrían haber sido seleccionados naturalmente con la evolución al permitir, en tiempos de hambruna, la supervivencia de quienes poseen genes ‘ahorradores’
Esto supone entender que puede darse cierta dificultad en la bajada de peso (cuando hay obesidad severa), pero no hay una “tara orgánica” que lo impida. Te llevará algo más de esfuerzo y tiempo conseguir adelgazar, pero se consigue y lo más esperanzador es que se puede mantener el normopeso de manera estable en el tiempo.
La obesidad monogénica no sindrómica. Se debe a un gen, pero no forma parte de un síndrome.
En la literatura científica hay un listado de genes relacionados con la causa de obesidad extrema, hereditaria, no sindrómica. Se trata de genes involucrados en el sistema hipotalámico de regulación del apetito.
Se han descrito varios casos de deficiencia congénita de leptina por mutaciones en el gen LEP en pacientes con inicio temprano de obesidad severa, hiperfagia extrema, ausencia de sensación de saciedad, todo esto acompañado de trastornos metabólicos, hormonales e inmunológicos.
Los estudios, tanto en humanos como en animales proporcionan fuertes evidencias de que los alelos naturales (alelo es el valor que se asigna al gen) tienen una importante influencia en las respuestas al ejercicio y la dieta.
Esto quiere decir que, si estás en este mínimo porcentaje de personas con obesidad monogénica, es posible que también te encuentres en una cuesta arriba para adelgazar pero tampoco es determinante, es decir, que este tipo de alteraciones tampoco suponen una imposibilidad.
La obesidad sindrómica.
La causa es siempre genética, puede ser monogénica, puede ser una alteración cromosómica u otras formas más complejas de herencia, y todas cursan con retardo mental.
En general, en estos síndromes la obesidad se da por:
aumento de la ingesta calórica, la cual se debe a la falta de sensación de saciedad
y se relaciona con la alteración de alguno de los múltiples factores que actúan en el hipotálamo regulando la ingesta
EJEMPLOS: Síndrome de Prader-Willi, Síndrome de Cohen, Síndrome de Bardet-Biedl
Como expuse más arriba es un tipo de obesidad con el que la persona nunca logrará su normopeso.
Por ejemplo, una enfermedad genética ligada al cromosoma X como Wilson-Turner, que se caracteriza por una baja estatura, obesidad troncal, discapacidad intelectual y ginecomastia entre otros, aunque haya adquirido unos hábitos de vida donde su nivel de actividad física y sus hábitos alimenticios sean óptimos, nunca lograra situarse en su normopeso.
Los investigadores no se refieren a pequeñas variaciones de peso o a cuestiones de metabolismo que puedan afectar de forma parcial sino a mutaciones genéticas que deriven en una enfermedad como la obesidad mórbida.
En resumen, solo un mínimo porcentaje con una mutación genética rara tiene predisposición a desarrollar obesidad, según las evidencias actuales.
En el resto de los casos, se debe a los patrones conductuales de alimentación y ejercicio y /o a conflictos emocionales subyacentes no resueltos.
Como vemos la obesidad tiene causas multifactoriales (genética, neuroquímica, metabólica, hormonal, psicológica); por lo tanto, siempre hay que tener en cuenta la etiopatogenia de la enfermedad y saber a qué tipo de profesional debemos acudir.
Como ya has podido comprobar…
La obesidad es una ALTERACIÓN DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA por lo siguiente:
– Se observan grandes diferencias en la manera de alimentarse en general entre las personas que padecen obesidad y las que no la padecen.
-Es una conducta aprendida, la conducta es la hiperalimentación, las personas con obesidad comen más cantidad y con peor equilibrio de nutrientes que las personas que están en su normopeso y por lo tanto puede tratarse desde las teorías clásicas de la psicología del aprendizaje y la modificación de conducta.
– Cuando la planificación de dietas no funciona, los profesionales de la psicología estamos para ofrecer una ayuda especializada en casos de hiperalimentación y obesidad.
– Se puede aprender, entrenar y modificar la conducta alimentaria disfuncional para conseguir bajar de peso.

¿Sabes que existe una rama de la psicología que está especializada en obesidad?
Si estás en mi blog, es probable que también hayas pululado por las redes intuyendo que detrás de los problemas de sobrepeso u obesidad hay conflictos emocionales no resueltos.
La psicoterapia de la obesidad, aún no posee una visibilidad suficiente por dos motivos, aunque no lo creas, la psicología en general, hasta hace no mucho, estaba ligada solo a las enfermedades mentales graves, y pocas personas decían en alto que acudían a terapia por miedo o vergüenza a ser considerado como un loco o débil mental, para que te hagas una idea, cuando yo empecé a ejercer muchos pacientes procuraban entrar al gabinete sin que nadie les viera por la calle. Ahora podemos decir con gran valor y sentido que acudimos al psicólogo incluso para trabajar procesos de autoconocimiento o de realización personal.
El segundo motivo es referido a la evolución del concepto de obesidad, arrastramos muchos años de banalización y estigmatización de la misma, como si se tratara de personas vagas, descuidadas y sin voluntad y por supuesto sin darle la acogida sanitaria suficiente. Ahora gracias a las investigaciones, los manuales diagnósticos y los protocolos sanitarios hemos conseguido normalizar y extender la salud mental a muchas áreas como esta. Sin embargo, aún queda mucho recorrido para dar la visibilidad que se merece a las causas psicológicas que originan y mantienen los problemas de sobrepeso.
Por estas causas la psicología de la obesidad aún no goza de un reconocimiento como tal, equiparable a otras especialidades en psicología como por ejemplo la psicología del deporte, la psicología forense, psicooncología, la neuropsicología, etc.
La realidad es que cada vez somos más los profesionales de la psicología que poseemos esta especialización y experiencia y en nuestro equipo de Psicología y Alimentación es donde investigamos y desarrollamos métodos especializados para bajar de peso.
La psicología de la obesidad es la rama de la psicología que se dedica a la evaluación, diagnóstico e intervención de todas aquellas dificultades psicológicas que están relacionadas con la obesidad, así como de la prevención y promoción de la salud psiconutricional.
¿COMO ES UN TRATAMIENTO PSICOLÓGICO PARA TRATAR LA OBESIDAD Y ADELGAZAR?
Un tratamiento psicológico eficaz para resolver la dificultad con la comida debe constar de los siguientes pasos
1. Valoración y diagnóstico. Es el paso más importante y el que definirá todo el programa. Analizar tu estructura psíquica, tu recorrido, tus emociones y cómo acudir a la comida se ha convertido en un síntoma es clave para conseguir los cambios que deseas.
2. Restaurar tu hambre biológica, para comenzar a trabajar los focos psicológicos es imprescindible que tu cuerpo esté tranquilo y restablezca las señales neuronales de hambre y saciedad, para ello es importante lo siguiente:
a. Explorar tus hábitos y tus dificultades para poder introducir progresivamente un patrón de alimentación regular y estable en el tiempo.
b. Estudiar e intervenir en tu conexión cuerpo-mente para que seas capaz de escuchar las señales físicas naturales que te permitan controlar tu alimentación. Analizar la parte consciente de tu imagen corporal y tus sensaciones y trabajar tu imagen corporal inconsciente te ayudará en la transformación física que supone el adelgazamiento.
3. Transformar tu hambre emocional, cuando consigues estar conectada con tu cuerpo y tus señales fisiológicas responden con normalidad, estarás en condiciones de centrarte en la necesidad real que te hace acudir a la comida compulsivamente. Debes aprender a detectar qué emociones o conflictos psicológicos te llevan a la comida sin tener hambre biológica. (dependencia emocional, vacío, tristeza, soledad, angustia) y desarrollar nuevas vías para que construyas una despensa emocional fuerte. Descubrir nuevas formas de alimentar tu mente es fundamental.
4. Trabajar tu autoestima para que recuperes el control de tu alimentación. Analizando las incoherencias que suelen habitar en nuestro interior es como se descubre el verdadero autoconcepto. Conocer realmente quién eres y qué necesitas. Esto hará que dejes de boicotearte o culpabilizare para progresivamente sentirte segura contigo misma, con tus relaciones y por supuesto con tu alimentación.
5. Consolidar los cambios conseguidos. Necesitarás dedicar un tiempo para afianzar los cambios y sentir que no se trata de algo temporal, para ello deberás trabajar los avances y siempre reforzar aquellos aspectos de mayor vulnerabilidad para evitar posibles recaídas.
En Psicología y Alimentación dirigimos toda la estrategia de intervención psicológica para que superes el conflicto con la comida, contando con el apoyo complementario al programa de otros servicios si lo deseas para reforzar tu proceso: Nutricionista/Endocrino y Coach deportivo.
Lo más importante es que consigas transformar tus esquemas mentales conscientes e inconscientes, dejando de depender emocionalmente de la comida. Esto te ayudará a abandonar las sobreingestas y los atracones.
Es un aspecto clave, la adicción a la comida se esconde y se tiende a banalizar por vergüenza. Superar la adicción a la comida es lo que consiguen nuestras pacientes.


Deja una respuesta