Una alimentación intuitiva suena bonito. Incluso liberador.
Escuchar a tu cuerpo. Dejar de vivir con culpa. Para muchas personas, ese tipo de relación con la comida es simplemente… normal.
Pero cuando has pasado por un TCA, comer lo que quieres y cuando quieres no suena nada liberador. Suena peligroso. Aterrador. Inalcanzable incluso.
Y no porque no se quiera sentir esa liberación, sino porque durante mucho tiempo, las reglas fueron lo único que dieron una dirección en medio del caos.
Cuando las reglas son tu refugio
Las reglas pueden ser una jaula, sí. Pero cuando tu mundo emocional te desborda, cuando sientes que no puedes confiar ni en ti, esa jaula se convierte en un refugio.
Reglas como:
- “No puedo repetir dos veces plato.”
- “Solo puedo comer dulce si he entrenado.”
- “La cena tiene que ser ligera.”
No siempre se dicen en voz alta. A veces están ahí, metidas en tu forma de pensar, tan normalizadas que ni siquiera las cuestionas. Y aunque ya no estés en un TCA activo, esas reglas siguen marcando tu día a día. Lo que eliges. Lo que te prohibes. Lo que te permites sentir.
Y ojo, alimentación intuitiva no es lo mismo que comer sin límites A veces pensamos que “comer sin reglas” es sinónimo de descontrol. Pero no se trata de comer cualquier cosa, en cualquier momento, sin ningún criterio. No.
Se trata de algo mucho más profundo (y mucho más difícil): volver a confiar en ti.
Confiar en que tu cuerpo sabe. En que puedes parar. En que puedes disfrutar sin tener que compensar nada. En que no necesitas que una voz externa te diga si has comido bien o mal.
Lo complicado es que si llevas años desconectado de tus señales internas, esto no se hace de un día para otro. No puedes comer intuitivamente si antes no aprendes a escucharte, y lo más importante, entenderte.
Y eso es lo que hace que este proceso sea tan delicado.
¿Y si no es que estás fallando, sino que aún no sabes interpretarte?
Muchas personas que están en recuperación se frustran porque intentan comer sin reglas… y no pueden. O se sienten perdidas. O tienen miedo de “pasarse” o “volver atrás”.
Pero ¿y si ese miedo no es un fracaso, sino una señal de que aún queda algo por sanar? ¿Y si no es que no puedes comer intuitivamente, sino que aún no sabes traducir lo que tu cuerpo dice?
No podemos pasar del control absoluto a la libertad total sin pasar antes por el aprendizaje. Porque la libertad sin recursos, sin sostén emocional, también puede asustar.
Pero sí, te adelanto que sí es posible.
Es posible vivir sin contar calorías.
Es posible comer pan sin miedo.
Es posible no pensar en comida todo el día.
Pero no es un cambio repentino. Es un proceso de reconciliación. Y muchas veces empieza buscando la ayuda de un profesional que te ayude a aceptar que, durante un tiempo, las reglas te sirvieron para sobrevivir.
No se trata de culparte por haberlas creado, sino de preguntarte si hoy aún las necesitas.
Para empezar a soltar, hay algunos gestos pequeños que abren camino:
- Preguntarte de dónde viene esa regla que sigues al comer.
- Notar cómo te sientes antes, durante y después de comer.
- Empezar a permitirte cosas que antes evitabas, sin compensar después.
- Hablarte con compasión cuando el miedo aparece.
- Pedir ayuda para hacer el proceso acompañado de un profesional.
Volver a comer sin reglas es, en el fondo, volver a ti.
La alimentación intuitiva puede ser un destino al que dirigirte en tu proceso de recuperación de un TCA. No tiene que parecerse a lo que hace nadie más. No tienes que demostrar nada. Solo aprender, poco a poco, que tu cuerpo no es tu enemigo. Que puedes habitar en él sintiéndote libre.
Y que la libertad no es comer sin pensar, sino comer sin miedo.
Cuéntame, la alimentación sin reglas, ¿te atrae, o te aterra?
Me aterra, pienso todo el día lo que debo o no comer para no engordar, sigo en un TCA y no sé cómo salir de ahí!! Quiero comer sin culpa, sin miedo; sin pensar todo el día en lo que debo o no comer. Voy a terapia pero no es especialista en nutrición, no sé si sería compatible las 2 terapias, psiconutricion y la que estoy