La adicción a la comida nos lleva a la necesidad de buscar y consumir compulsivamente determinados alimentos.
Sin embargo, muchas personas se consideran “adictas a la comida” cuando en realidad no lo son.
En general, se dice que hay una adicción cuando se pierde el control consumiendo (o haciendo) algo, se convierte en una obsesión que difiere en la vida cotidiana, y hay síndrome de abstinencia.
Por eso muchas veces nos llegan a consulta personas pidiendo apoyo porque no pueden evitar comerse un paquete entero de galletas cada tarde. O terminarse 2 bolsas de patatas fritas después de un día exigente en el trabajo.
¿Podríamos considerar que son adictas? Sí y no, porque el tema no es tan simple.
Por eso en este post quiero dar claridad sobre el tema y mi visión como Psicóloga de la alimentación y trastornos de la conducta alimentaria.
Adicción o abuso por la comida
Cuando pensamos en una adicción, lo primero que se nos viene a la mente es el consumo de una determinada sustancia, por ejemplo a las drogas o al alcohol.
Pero si pensamos un poco más, rápidamente se nos ocurren más adicciones, por ejemplo la persona adicta al juego, a internet, a las compras… Y a la comida.
Porque sí, existen las denominadas adicciones no tóxicas o socioadicciones, que son las que están ligadas a la realización repetida de determinadas conductas.
La dificultad aquí es que no es tan sencillo determinar que una persona es adicta a la comida. ¿Dónde está el límite entre ser adicto, y simplemente comer en exceso?
Para entenderlo, vamos a diferenciar conceptualmente entre uso, abuso y dependencia.
Hablamos de uso cuando la conducta que realizamos no nos provoca consecuencias negativas. Ejemplos de uso serían jugar a juegos de apuestas esporádicamente o utilizar internet de manera razonable.
Si haces uso de la comida significa que comes adecuadamente, todo tipo de alimentos, y eres capaz de organizar el tipo de comida, las cantidades y los horarios apropiados.
En segundo lugar, el abuso es una conducta en la que aparecen consecuencias negativas, aunque aún no se haya llegado a la dependencia.
Y por último, hablamos de dependencia cuando el grado de interferencia es mayor y las consecuencias son difíciles de esconder.
La conducta adictiva ocupa la mayor parte de los pensamientos de la persona y hay sufrimiento e intentos fallidos de control.
La dependencia a la comida suele llevar al sobrepeso y la obesidad, y los casos que consiguen mantener un normopeso realizan grandes compensaciones (ayuno prolongado, deporte excesivo..etc) que suelen terminar en un nuevo episodio de sobreingesta y descontrol.
Por eso, muchas personas acuden al nutricionista con el objetivo de bajar de peso y no lo logran: porque ante una adicción a la comida, un nutricionista no puede ayudarte. Necesitas apoyo de un experto en psiconutrición ya que es necesario una intervención más allá de lo puramente alimenticio.
Señales que nos ayudan a identificar un problema de adicción a la comida
Las personas con adicción a la comida normalmente comen para aliviar estados emocionales incómodos, incluso sintiéndose llenas, motivo por el que se entra en un círculo vicioso: me siento mal, como, me hace sentir mal pero repito el comportamiento, me averguenzo, lo llevo en silencio, y me siento peor, pero vuelvo a comer, alimentando las emociones negativas.
De hecho, muchas veces la persona dice: “mañana se acaba todo, empiezo una nueva vida y todo esto quedará atrás.”
Sin embargo, el comportamiento se repite, y es un bucle del que es difícil salir sin un tratamiento psicológico especializado.
¿Y como saber si lo que tienes es adicción?
Sin conocer tu caso específico es difícil darte una respuesta. Sin embargo, algunos síntomas que pueden darte pistas son:
- Comes a deshoras, y muchísimo. Tanto que te termina doliendo el estómago.
- Sueles hacerlo a escondidas, y nadie sabe que sueles hacer esto.
- Puede que lo hagas todos los días o de vez en cuando, pero cuando empiezas, no paras.
- Te sientes fatal, con cierta vergüenza, después de comer compulsivamente, y tratas de compensarlo ya sea con ayuno, ejercicio excesivo, dietas restrictivas…
- En el fondo, te cuesta reconocer que esto es un problema serio, o incluso no te atreverías a reconocerlo como un problema en sí.
Quiero enfatizar en la idea de que esto son solo algunos síntomas o señales, pero pueden haber muchos más dependiendo de la persona.
Por eso, si tu relación con la comida no es saludable, y dudas si lo que tienes puede ser adicción, lo recomendable es que consultes con un especialista. Pregúntanos, y podremos decirte si necesitas ayuda profesional.
Tratamiento para la adicción a la comida
El tratamiento para superar la adicción a la comida pasa por la combinación de ayuda psicológica y endocrina.
El tratamiento psicológico será clave para llegar al diagnóstico, encontrar el origen del problema y definir una estrategia con la que superar el conflicto.
El apoyo del endocrino te ayudará, paralelamente, a descartar problemas orgánicos y hormonales, y en segundo lugar a establecer patrones alimentarios regulares, a entender las cantidades que tu cuerpo necesita, y a saber qué comer en situaciones “de riesgo” (como por ejemplo, alternativas ante momentos de estrés o en eventos sociales).
Y no, no será un camino lineal, tendrás recaídas, pero esta ayuda profesional será clave para encontrar nuevas formas de afrontar estos retos.
Este método es el que usamos en consulta, y es con el que ayudamos a nuestros pacientes a superar su adicción a la comida. Si quieres que te ayudemos a ti, pídenos más información.
Recuerda que es muy importante realizar una intervención psicológica para detectar los factores que están implicados tanto en el origen como en el mantenimiento del conflicto con la comida.
Puede que en estos momentos te estés planteando si tienes un problema con la comida. Quizá crees que piensas demasiado en la comida, o alguna vez pierdes el control y te das un atracón.
Si es así quizá tengas una relación adictiva con la comida. Cuéntanos, ¿qué es lo que más te cuesta a la hora de enfrentarte a tu adicción a la comida?
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