Mindfulness y TCA: el mindfulness en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria ha demostrado su eficacia. Y te explico por qué.
Es posible que si padeces un TCA te hayas dado cuenta que intentas evitar sea como sea experiencias que te resultan desagradables. O tal vez no te habías parado a pensarlo, pero ahora que lo menciono, algo se ha despertado en ti.
Normalmente sucede que tu cerebro ha aprendido a que mientras te enfocas en la comida y en planificar, restringir, compensar y otras conductas, estás evitando enfrentarte a otras emociones internas que están ahí.
Eso es en parte lo que puede estar haciendo que la comida sea protagonista de tus pensamientos y vida.
De esta idea parte el artículo que te traigo en esta ocasión, en el que te quiero hablar del mindfulness y de cómo te puede ayudar a empezar a encontrarte mejor.
El mindfulness, o atención plena, se define como la intención deliberada de mantener la atención en el presente sin juzgar lo que sucede.
Se compone de cinco aspectos: observar (ser consciente de las experiencias sensoriales), describir (poner en palabras las experiencias internas, pensamientos, emociones o sensaciones), actuar con conciencia (estar atento a las actividades del momento), no juzgar (adoptar una postura de aceptación sin evaluar los pensamientos, emociones o sensaciones) y no reaccionar (dejar que las experiencias internas aparezcan y se vayan sin dejarte atrapar por ellas).
Esta herramienta se utiliza para reducir el estrés, mejorar la regulación emocional y aumentar la concentración, además de otros beneficios como fomentar la autompasión, la resiliencia, apoyarte en la gestión del dolor físico y emocional…
Vamos, que es totalmente normal que el mindfulness haya ganado la popularidad que tiene.
Y sí, como te decía, si estás atravesando un TCA, también puedes aplicarlo en tu vida para empezar a encontrarte mejor. Porque al dejar de mirar hacia otro lado, y empezar a mirar hacia dentro, te haces más consciente de ti y por lo tanto de qué es lo que necesitas en cada momento.
¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo.
Mindfulness y TCA – Aplícalo en los momentos difíciles
Ya hemos visto la teoría del Mindfulness y TCA, de qué se trata esta herramienta y cuáles son sus beneficios pero, ¿cómo puedes aplicarlo en tu día a día?
#1 – Respiración consciente
La respiración consciente es una técnica de mindfulness que se centra en llevar tu atención plena a la respiración. Se trata de observar y sentir cada inhalación y exhalación de manera deliberada, sin intentar cambiarla ni controlarla. La respiración se convierte en un ancla que te ayuda a estar presente en el aquí y ahora, alejándote de pensamientos ansiosos o estresantes.
Durante momentos de ansiedad o cuando sientas el deseo de un atracón, la respiración consciente puede ser una herramienta poderosa para reducir la tensión y calmar la mente.
#2 – Body Scan
El Body Scan, o exploración corporal, es una práctica de mindfulness que consiste en guiar a una persona a través de un recorrido mental por las diferentes partes de su cuerpo.
Lo mejor es que lo puedes hacer en cualquier momento y lugar, prestándole atención plena a las sensaciones físicas que se experimentan en cada área, sin emitir juicios ni tratar de cambiar nada. Esta técnica ayuda a aumentar la conciencia corporal y puede ser muy útil para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la regulación emocional.
#3 – Alimentación consciente
La alimentación consciente, o mindful eating, es una práctica que consiste en comer con plena atención a la experiencia de la comida y sus sensaciones.
Se trata de prestar atención a los sabores, texturas, olores y colores de los alimentos, así como a las señales internas de hambre y saciedad, sin distracciones y sin juicio.
Sé que para muchos de vosotros esta puede ser algo más difícil, pero conviene intentarlo ya que es muy interesante precisamente para fomentar una relación más saludable y equilibrada con la comida, permitiendo disfrutar más de las comidas y tomar decisiones alimentarias más conscientes.
#4 – Meditación de la autocompasión
Cuando hablamos de Mindfulness y TCA, no podía faltar la meditación.
En concreto, la meditación de la autocompasión es una práctica diseñada para cultivar una actitud de amabilidad y comprensión hacia uno mismo, especialmente en momentos de sufrimiento o autocrítica.
Para personas que padecen Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), esta herramienta puede ser particularmente beneficiosa, ya que ayuda a reducir la severa autocrítica y el sentimiento de culpa, promoviendo una relación más saludable y compasiva con uno mismo y con la alimentación.
#5 – Diario de emociones
Llevar un diario es siempre algo interesante, pero para aquellos que padecen TCA puede ser especialmente útil, ya que te ayuda a comprender mejor las emociones y situaciones que desencadenan comportamientos alimentarios desordenados, promoviendo una mayor autocomprensión y facilitando el proceso de recuperación.
Mantener un diario de emociones puede ser una herramienta poderosa en tu camino hacia la recuperación, proporcionando claridad y haciendo una práctica mindfulness entretenida y sanadora.
#6 – Anclajes sensoriales
Los anclajes sensoriales son técnicas que utilizan los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) para ayudar a centrar la atención y traer la mente al momento presente.
En el contexto de los TCA, estos anclajes pueden ser especialmente útiles para manejar el estrés, la ansiedad y los impulsos relacionados con la comida. Al enfocar conscientemente en estímulos sensoriales, se puede interrumpir el ciclo de pensamientos negativos y reducir la necesidad de recurrir a conductas alimentarias desordenadas.
Esto se aplica por ejemplo utilizando la vista para observar un objeto en tu entorno y notar sus colores, formas, texturas y detalles, o el oído para captar y aislar cada uno de los sonidos que percibes.
Este tipo de ejercicios ayudan mucho en los momentos más difíciles para calmar la mente y lograr centrarse en el aquí y ahora.
#7 – Movimiento consciente
A diferencia de las actividades físicas realizadas con una mentalidad de control o exigencia, el movimiento consciente se realiza con una actitud de curiosidad, aceptación y no juicio.
Pueden ser actividades como Yoga, Tai Chi y estiramientos o simplemente caminatas conscientes.
Relacionado con esto último (las caminatas conscientes), otra cosa que puedes probar es incorporar el mindfulness en la rutina diaria de forma completamente natural e improvisada, permitiendo que la práctica de estar presente y consciente se convierta en una parte de tu vida.
Por ejemplo, tomándote de forma regular tiempo para prestarle atención a tu respiración, o notar tu cuerpo y si tiene alguna tensión, o a nivel sensorial por ejemplo al fregar los platos, siente la temperatura del agua y la textura…
Son pequeñas cosas que pueden hacer una GRAN diferencia.
Prueba a incorporar el mindfulness en tu vida, y cuéntame cómo te sientes. Y si encuentras alguna otra forma de aplicarlo, cuéntanoslo en comentario para que otras personas puedan probarlo también 🙂
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